domingo, 9 de abril de 2017

Santiago

Los sitios, los lugares, los paisajes y los momentos son lo que son pero son,sobre todo, las personas con quienes los compartes. Y, por eso, Boquiñeni, o mi Boquiñeni,  es también (o fundamentalmente) Santiago.
Santiago, pozal en mano (seguramente después de un gesto de su padre, o no) volviendo a  recorrer el palo de las tomateras ,por el que había pasado yo antes,  para recoger los tomates que se me habían quedado en la mata; Santiago, hasta las tantas de la madrugada, platicando (o charrando) de lo divino y de lo humano, avisándome de hasta dónde podía llegar en los comentarios a esas horas en que la lengua se desata; Santiago, muchos años atrás, acompañándome al cine de la carretera o al fútbol del Alto Don Diego.
Santiago, Santiago, Santiago, de palabras las justas, pero definitivas, riendo al recordar las veces que estuvo en Palma o aquella vez, te acuerdas.  O diciéndome a  quién podía preguntar cosas de mi abuelo, al que siempre busco cuando voy a Boquiñeni. Santiago, yéndose  hacia el campo, hacia los motores, hacia los riegos (según la época)  en el coche o en la furgoneta, a la velocidad mínima y  respondiéndome a algo que se nos  había quedado pendiente de la noche anterior.
Santiago, llevándome a su peña o a otras peñas  convirtiendo en grandes declaraciones mías lo que sólo eran comentarios tontos de  cuando iba yo  entonado. Santiago, como si fuera el hermano mayor que nunca he tenido, con  esa peculiar complicidad que te da (y no sé si lo que voy a escribir es políticamente correcto) ser el mayor en una familia en la que  las mujeres son mayoría. Santiago, que sin pensarlo, o bien consciente de ello, me cuenta historias, me regala  ideas y detalles para este ‘Blogquiñeni’. Santiago, recorriéndose ribazos y acequias, aquella madrugada en la que me largué del pueblo para subirme en un tren. 
Santiago, acompañándome cuando mis amistades se dejan caer por Boquiñeni, Santiago haciendo que muevan la barca para que crucemos hasta Pradilla. Santiago,en fin, haciéndome sentirme a mí  protagonista cuando el protagonista de verdad  era él. Santiago, hermano de mil falordias,  que la amistad de verdad se parece mucho a eso. Santiago, hermano, hasta siempre. Vamos tirando, Santiago, como en la canción de Pinillos y Labordeta.


(Santiago Almau Corchón murió en Boquiñeni el 4 de abril de 2017)